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No. 1794:
El Autogiro
Audio

Traducción de Aymará Boggiano y Julián Olivares

Episodio 1794 en inglés

 

Hoy, un capítulo olvidado en la historia del vuelo. La Facultad de Ingeniería de la Universidad de Houston presenta esta serie sobre las máquinas que mueven nuestra civilización, y las personas cuyo ingenio las creo.

Me interesé en los aviones en los años 30. Construía modelos de aviones y me hice un vasto inventario de ellos. Había dos tipos de máquinas voladoras en esa época: unas las que el destino me permitiría ver como los DC3, los Piper Cub y los dirigibles; y otros como las alas voladoras y los ceros japoneses que solo podía imaginar. Supe entonces que nunca podría ver el corpóreo autogiro en vuelo. El autogiro era una criatura mítica: -para mí era el unicornio de los caballos- Parecía entonces, y todavía hoy, destinado a quedar en la memoria de la imaginación

En vez de un ala el autogiro tenía una hélice grande en la parte superior, y una segunda hélice común que lo impulsaba hacia delante. Las palas del rotor superior giraban libremente mientras el autogiro volaba, dándole fuerza de sustentación. El autogiro podía despegar y aterrizar con un mínimo de recorrido en el suelo, pero no podía elevarse verticalmente como un helicóptero. Si se perdía la potencia descendía a tierra girando lentamente como una semilla de arce

El nuevo libro de Charnov: Del autogiro al Giroplano cuenta la historia de esta curiosa máquina. Fue desarrollada por un pionero del aire español llamado Juan de la Cierva. De La Cierva y su hermano comenzaron a tratar de construir aviones antes de la primera guerra mundial cuando él era aún estudiante de ingeniería civil en Madrid. Juan de la Cierva construyó aviones convencionales durante varios años antes de empezar a pensar en el autogiro.

Finalmente una noche en la que asistía a la Opera Aida se dio cuenta de cómo se podría balancear la elevación del aparato coordinando las palas de avance y retroceso de la hélice superior. Pero en Aida no hay hélices por lo que se oyen historias de que tuvo la idea para el autogiro de los molinos de viento en la Opera de Don Quijote

En todo caso, a esto siguieron dos décadas de formación para el autogiro. Empresas americanas y británicas construyeron grandes variedades. Emilia Earhart trató de hacer el primer vuelo de autogiro en América en 1931. Después de muchos saltos llegó a Oakland para enterarse de que alguien ya había batido en record nueve días antes.

A finales de la década de los treinta, apareció una nave más compleja: el helicóptero. Este combinaba elevación y empuje en la hélice superior. América inventó el embriónico Vought-Sikorski o VS300 y Alemania el Focke-Wulf o Fw-61. Después de la guerra los helicópteros se popularizaron y casi nunca se volvió a hablar de los autogiros.

Durante 20 años los autogiros aparecían como la promesa de un aeroplano en cada hogar. La idea no tuvo éxito pero al final sí tuvieron un papel práctico en la segunda Guerra Mundial como aviones de reconocimiento. Pero luego de aparecer el helicóptero, los autogiros se desvanecieron como si nunca hubieran existido.

Charnov termina contando la hsitoria de la nueva tecnología del Gyroplano, que es una combinación de helicóptero y autogiro. Este también tiene hélices delantera y superiores, pero aquí la hélice superior se puede controlar o girar libremente sirviendo así como ala pasiva

Dije que el autogiro era mi unicornio de entre los caballos; un avión que siempre me parecerá que lleva ropas mitológicas. Bueno me imagino que el Giroplano es el engendro mortal de un caballo y un unicornio. Es algo que es posible que después de todo algún día pueda yo experimentar.

Les hablo Aymará Boggiano y este fue un episodio de Las Invenciones de Nuestra Inventiva de John Lienhard en la Universidad de Houston dónde nos interesa el proceso de nuestra fecunda inventiva.

(Tema musical)


Charnov, B. H., From Autogiro to Gyroplane: The Amazing Survival of an Aviation Technology. (Foreword by John H. Lienhard.) Westport, CT: Praeger Publishers, 2003.

The Cierva C-40 in three views

Tres vistas del Cierva C-40

Kellett Autogiro

Fuentes de la imágenes: La fota de  Amelia Earhart en un autogiro is del libro de Charnov's  (citado arriba), y su uso es cortesía de Stephen Pitcairn, Pitcairn Aircraft Company Archives. LA imagen del autogiro Kellet proviene de un juego de barajas de aeroplanos que circularon en los años 30. La imagen del Cierva C-40 y el helicóptero Fw-61 son de the Aeronautics Aircraft Spotters' Handbook, New York: National Aeronautics Council, Inc., 1943, y la imagen del VS300 es cortesía de los archivos de  Vought-Sikorsky.